01 agosto, 2008

Estimados Hermanos (as): En algunas situaciones de la vida o estancias de trabajo tanto públicos o privados observamos o experimentamos maltrato de las personas, que nos indigna y debilita nuestras relaciones sociales, hasta el extremo de que procuramos por todos los medios posibles no frecuentar a dichos lugares o encontrarnos con la misma persona, a no ser que sea inevitable; sin embargo cuando el trato es amable, agradable y respetuoso nos sentimos a gusto y con el deseo de encontrarnos con la misma persona, porque un trato donde se expresa el amor sin muchas palabras, por los gestos, actitudes, sonrisa, mirada, etc fortalece las relaciones humanas y reconforta a las personas. Ante estas situaciones que se suscitan en la vida y las relaciones humanas, comenzando en nuestras familias, debemos ayudarnos unos a otros a entender y vivir el amor que se expresa en el servicio, acudir a la fuente del amor, a Jesús que nos dice “el que quiere ser grande e importante que sea el servidor de todos” (Mt. 23, 11), porque “El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir” (Mt. 10, 45), Vivir este estilo de vida y vivir las relaciones interpersonales desde la perspectiva del amor y servicio es lo que tanta falta nos hace a todos en la vida cotidiana. Si queremos experimentar la alegría, si queremos sentirnos bien y estar bien con todos hagamos un esfuerzo por asumir la propuesta de Jesús, él cambio tiene que empezar por cada uno de nosotros, porque a veces esperamos que los demás lo haga, o las actitudes de otras personas nos desalientan y dejamos de hacer, sin embargo el amor de Dios es incondicional, Él no ha esperado que seamos buenos para amarnos y servirnos, sino a pesar de lo que somos Dios nos ama a todos; ésta es la dinámica en la que debemos vivir las relaciones interpersonales. El amor es gratuito, generoso, comprensivo. No se deja llevar por la ira y olvida lo malo, constantemente. En Cristo el amor se hace servicio, es decir, don total de si mismo para elevar al prójimo, al amigo e incluso al enemigo. Su amor – puede decirse – Se hace concreto en el servicio de la Buena Nueva; El servicio reconciliador, que por su propia entrega en la Cruz nos procura el perdón y el don de la reconciliación Mirando a Aquél que nos ha amado al extremo, experimentamos la invitación de amar también nosotros hasta el extremo, con un amor que se hace donación total de sí mismo y servicio. Para ganarlo todo, y para ganar a todos. Que el Señor les bendiga a cada uno de ustedes y a sus familias.

Visita a la Zona "A" 16 al 20 Ago.


Aniversario 1964

Comunión de Niños 1964